sábado, 20 de marzo de 2010

Huella ecológica


Bernd Bilitewski es un científico e investigador cuyos títulos difícilmente entran en una tarjeta personal. El Profesor Dr.-Ing. habil. Dr. h. c. Billitewski se ocupa desde hace 30 años exclusivamente a un tema: la basura. Si, lee bien, la basura. Según él, la basura no es solo un deshecho o residuo sino puede delatar las circunstancias de nuestras vidas y de nuestros estilos de vida, la basura tiene hasta un carácter propio.

Hasta ahí muy bien. Pero, uno de sus postulados mas respetados menciona que las personas con mayor poder adquisitivo producen menos basura porque generalmente ellos consumen, mas cosas frescas, mientras que, personas de bajos recursos, los solteros, los estudiantes, producen mas basura porque compran productos empacados. Hasta ahí no mas Prof. Dr.-Ing. habil. Dr. h. c. Bernd Bilitewski. Ahí como me ve, tengo mi titulito y leí su trabajo y me temo que en nuestras esferas geográficas, aquí al pie de los Andes frente a estas frías aguas del Pacífico tenemos algo totalmente opuesto.


Cuando le preguntaron a Bilitewski sobre ¿qué mas refleja la basura en nuestra sociedad? éste dijo que ella delata que estamos en una sociedad senil puesto que en manera creciente se encuentran pañales para la incontinencia. ¡Uy! Bueno doctorcito, perdonado, su trabajo se centra en la sociedad alemana, porque lo que es aquí, donde la Sra. Julia, la nana que me cuidó de niño, allá en su casa de Zárate, se cocina mas fresco que en mi burgués departamento miraflorino. Y ni que hablar de que Doña Julia es mas ecológica que un hogar promedio en Berlín o Bonn. Pero, ¿y los pañales para la incontinencia?

Revolví en mi basura para ver que es lo que encontraba, y claro, ver su personalidad y su carácter. Dicen que el promedio de basura que cada uno de nosotros produce al año es de 430 kilos. Y ahí está mi basurita. La tengo extendida en mi cocina, encima de papel periódico, y mientras la observo ésta emana hacia mis narices un olorcito entre café, piña y humedad. Me siento un poco raro y opto por volverla a la bolsa. La llevo al baño y la peso. Dos días de deshechos, aproximadamente dos kilos. Le apliqué el segundo postulado de Bilitewski en el que menciona que la basura también “sigue las tendencias de la moda”, y tenía razón. No encontré pañales para la incontinencia pero si varias botellitas de cerveza de 330 mililitros. ¿Desde cuando es que existen esas botellitas? Hace 10 años estaban las latas mas de moda, ¿o no? ¿Que viene ahora? ¿Cerveza en botellas de plástico con diseños novoandinos?

Hoy entré en un conflicto. Soy padrino de Gustavo, el último hijo de doña Norma y estoy pensando en donarle mi televisor, el viejito, ver fútbol en ese aparato diminuto me ha dañado la vista a tal punto que un partido lo veo mejor con lentes de sol. Debe haber una razón para esto. ¿Será porque las gafas filtran los rayos UV? Vaya usted a saber. Y entonces he decidido comprarme un aparato mas grande y como es difícil meter el chiquito a un tacho de basura, entonces opto mejor por donarlo. De alguna manera eso tranquiliza mi conciencia, porque no estoy “desechando” basura electrónica, sino solamente la estoy “trasladando” de un lugar a otro y por ende mi "huella ecológica" no es tan fuerte. Ah doctor, ¿qué dice?

A pocas semanas del mundial de fútbol, miles de miles de televisores serán “trasladados” o desechados. Según la industria de electrodomésticos, las ventas de televisores en estas próximas semanas se llegarán a triplicar. ¡Por dios! ¿qué hacemos con tanto televisor viejo? Tenemos que llamar a la mafia siciliana. Si, Don Corleone & Cia. actualmente ganan mas dinero con basura que con narcóticos. La ecomafia italiana no solo almacena la basura de sus conciudadanos sino también la importa y la comprime en bolas gigantescas que almacenan en tierras napolitanas. ¿Y nosotros? ¿A dónde con el televisor viejo si no lo “trasladamos”?

Tengo una esperanza, Perú no clasificó, entonces menos gente tendrá menos interés en el balónpie, y un menor número de personas comprará un menor número de aparatos televisivos, es decir también, menos ahijados heredarán menos televisores viejos, y yo entonces, arrimo bien mi banquito, me pongo las gafas de sol y acomodo mi botellita de cerveza y listo, el partido puede empezar. Si, eso es lo que voy a hacer este 11 de junio. Creo, ¿no?

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